miércoles, 20 de agosto de 2014

"Sevilizar" el mundo.

João Cabral de Melo Neto fue un poeta y diplomático brasileño de la Generación del 45, que aproximadamente es el homólogo a la Generación del 27 española. Por decirlo de otra forma, este poeta, que fue galardonado con el Premio Camões en 1990 y el Premio Reina Sofía de Poesía Iberioamericana en 1994, podríamos decir que es a la literatura brasileña lo que Cernuda o Lorca a la española.

En su labor como diplomático, este escritor vivió durante varios años en Sevilla y, como buen poeta, se acabó enamorando de la vieja Híspalis. Fruto de este idilio, aparte de escribir poemas referentes a la ciudad en toda su obra, creó su último libro “Sevilha Andando” en 1990.

Esta obra se divide en dos partes: “Sevilha Andando”, en la que João Cabral hace continuas referencias que aluden a las similitudes entre su mujer y la feminidad de Sevilla; y “Andando Sevilha”, en la que la visión del poeta describe a varios personajes y rincones de la ciudad.
Por último, dejar aquí el poema que da nombre a este artículo:

Sevilhizar o mundo                       Sevilizar el mundo
Como é impossível, por enquanto,    Como es imposible, por ahora,
civilizar toda a terra,                          civilizar toda la tierra,
o que não veremos, verão,                  lo que no veremos, ni verán,
de certo, nossas tetranetas,                de cierto, nuestros tataranietos,

infundir na terra esse alerta,             infundir en la tierra esta alerta,
fazê-la uma enorme Sevilha,              hacerla una enorme Sevilla,
que é a contra-pelo, onde uma viva  que es a contrapelo, donde una viva
guerrilha do ser, pode a guerra.        guerrilla del ser, puede la guerra.

Aunque pocas explicaciones necesita esta poesía, habría que indicar como pequeño apunte que Melo Neto en el título juega con la homofonía que en lengua portuguesa se produce entre el término “sevilhizar”, que inventa, y la palabra “civilizar”; de ahí que la traducción del verbo no se haya hecho literalmente, “sevillizar”, sino respetando juego fonético del autor entre el verbo “civilizar” y “sevilizar”.

martes, 19 de agosto de 2014

Corrigiendo documentos.

Tras una exhaustiva búsqueda documental, un concienzudo trabajo historiador y una ardua tarea de investigación; el creador de la Fundación de Estudios Históricos de Cataluña (FEHC) y partícipe en el Instituto Nueva Historia (INH), su prodigiosa eminencia Jordi Bilbeny, ha llegado a la conclusión de que “Leonardo Da Vinci pudo ser un hijo perdido de la casa real catalana”. Todo ello se demuestra perfectamente en el documental “Desmuntant Leonardo”, que este investigador ha sacado a la luz. En él, a partir de un libro que hace una mención a la relación de Leonardo con la montaña de Montserrat en el que puede que fuese un pequeño viaje del pintor italiano, este ilustre investigador llega a la conclusión de que puede que el prolífico genio renacentista fuese un hijo perdido de la casa real catalana y, como reflejo de la posible vinculación familiar del artista, puede que la famosa montaña barcelonesa aparece en la Gioconda, uno de los más importantes cuadros de la historia de la humanidad. En fin, tan probable como que Manolete salga por la puerta del Príncipe en la próxima feria de Sevilla.

domingo, 10 de agosto de 2014

Luto de Agosto.

Un oleaje de alaridos,
estrofas de sal amarga,
marineros abatidos
lloraban su pena, duelo
de unas playas sin consuelo.
La mar su pena descarga.

Campos de luto teñidos,
se oyeron tristes aullidos,
lloraron atribulados
aceituneros altivos,
negro se había tornado
el verde de los olivos.

Sorda balada sonaba
por tan penoso derroche.
Campanas sin ser tocadas,
doblando toda la noche.
Camino de los Alcores,
carretera de Carmona,
carretera de la muerte,
unos truenos heladores,
sombra de unos resplandores
que una voz libre callaron,
el amargor proclamaron.

Miserable once de agosto,
quedó huérfana Andalucía.
En agosto noche infame,
agosto, la noche fría…
Se oyó gemir el levante,
mataron a Blas Infante.

...Desasosiego en Granada,
que otro trance presagiaba;
el agrio olor de la muerte
a la poesía rondaba.