La mirada del Niño que ha nacido nos trae la promesa
de que todo puede cambiar y nos colma de paz, felicidad, amor y esperanza
porque ese bendito Niño es el mismo Dios. Así pues, feliz Navidad a todos.
Este año acompaño a la felicitación con el quizás
más famoso villancico que existe, pero en su versión en la lengua de
Shakespeare:
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