Desgraciadamente es este un inesperado artículo que escribo apenado, inquieto, consternado… Es más, me es imposible no recordar en estos momentos las palabras con las que Don Antonio Rodríguez Buzón finalizó su mítico pregón de la 
Semana Santa de Sevilla:
Semana Santa de Sevilla:
Si alguien te alza la mano
o te ofende, Gran Poder,
yo te juro Dios Soberano
que ése no pudo nacer
bajo cielo sevillano.
o te ofende, Gran Poder,
yo te juro Dios Soberano
que ése no pudo nacer
bajo cielo sevillano.
Parece mentira, pero sí: Han alzado la mano a Jesús del Gran Poder. Sí, a Quien vive en la Plaza de San Lorenzo, sí, al Señor de Sevilla.
Al parecer un hombre de unos treinta años, tras la celebración de la misa se aproximó al besapiés del Señor, subió a la peana como pudo comenzando a golpear y zarandear al Gran Poder, desprendiéndole así un brazo. Según dicen este vergonzoso e indignante acto carente de la más mínima sensibilidad hacia quienes tienen fe en el Hijo de Dios ha sido llevado a cabo por un demente.
Afortunadamente todo sólo ha quedado en un funesto y aislado suceso, pues lo del Gran Poder tiene arreglo y a aquel pobre hombre el Señor lo perdonará.
Al parecer un hombre de unos treinta años, tras la celebración de la misa se aproximó al besapiés del Señor, subió a la peana como pudo comenzando a golpear y zarandear al Gran Poder, desprendiéndole así un brazo. Según dicen este vergonzoso e indignante acto carente de la más mínima sensibilidad hacia quienes tienen fe en el Hijo de Dios ha sido llevado a cabo por un demente.
Afortunadamente todo sólo ha quedado en un funesto y aislado suceso, pues lo del Gran Poder tiene arreglo y a aquel pobre hombre el Señor lo perdonará.
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