viernes, 20 de noviembre de 2009

Un poco de Memoria Histórica

Porque de todos hay que acordarse y yo no soy quien para valorar los actos en vida de personas que ya han sido juzgadas por Dios, pregunto (los alumnos de la LOGSE están exentos de responder a esta pregunta): ¿sabéis quien fue el Ausente en la Guerra In-Civil Española? Pues hoy se cumplen setenta y tres años desde que en la cárcel de Alicante democráticamente fue conducido a un paredón para ser fusilado. ¿A que de eso no se acuerda la memoria de la historia? Pues claro que no, igual que tampoco se acuerda de cómo eran democráticamente quemadas las iglesias, memoria de persecución al cristianismo y al mundo cofradiero que ha sido borrada, sino preguntad a la junta de gobierno de la hermandad de la Macarena, que parece haber olvidado que a La que está en San Gil no le metieron fuego porque la escondieron en un cajón. Pobre miembros de junta que parecen haber perdido en su memoria tantas cosas que no tienen la cara colorada de vergüenza por haber modificado la lápida de un macareno, al que tampoco reconocen como macareno ilustre en una película promocional, siendo como fue el que impulsó la creación de la Basílica.


Continuando el fusilamiento de José Antonio, hombre tan carismático que tiene el privilegio de haber pasado a la historia por su nombre de pila y estuvo ¡siempre Presente! cuando después de la Guerra In-Civil vino lo que vino. Porque fue por aquellos entonces cuando desde Galicia llegó un hombre bajito que alzaba la mano derecha para decir: ¡Así de alto quisiera ser! Francisco Franco Bahamonde, probablemente el personaje más importante del siglo XX en España, dio un golpe de estado, se alzó con el poder e hizo dos cosas, una buena y otra mala. La buena, puso orden en España cuando buena falta hacía; la mala, que puso su orden, cuarenta años de supresión de las libertades hasta que…Treinta y cuatro años hace hoy de que entre todos los rojos lo mataron, cuando en su cama, de viejo, él solito se murió.


No voy a defender su régimen, ni de broma, igual que no defiendo el régimen castrista en Cuba, pero, según sé por los libros porque afortunadamente yo esa época no la conocí, en esa etapa de nuestra historia no había chorizos por doquier, ¡perdón!, políticos llevándose el dinero que sale del bolsillo de todos. En aquellos tiempos España no era un país que se bajaba los pantalones ante cualquiera, pagando el gobierno rescates millonarios a piratas, ¿continúo? Cada vez más, pienso que la dictadura franquista tenía sólo una cosa buena, sólo una pero buena al fin y al cabo: Cómo siempre mandaban los mismos, al final se hartaron de tanto robar e hicieron cosas por y para el pueblo, eso sí, sin contar con la opinión del pueblo.

Regalito de Cumpleaños

¿Negarías un regalo de cumpleaños a quien llega a sus treinta años con mucho trabajo sobre sus espaldas? Se dice muy pronto la cifra, parecen pocos, pero cuando vio la luz algunos aún no habíamos nacido. ¿Tratarías de impedir el buen desarrollo de un trabajo sin ánimo de lucro? ¿Perjudicarías porque sí una actividad capaz de ilusionar y reunir a cientos de jóvenes que lo más dañino que hacen es formarse? Sobre todo teniendo en cuenta como está la juventud de hoy en día… ¿Es fácil de conseguir el respeto de toda Sevilla? ¿Qué digo el respeto? ¿Acaso no se sienten todos los sevillanos orgullosos de su labor? Bueno, casi todos… Porque vaya regalito de cumpleaños que les iban a hacer desde el ayuntamiento a la banda de las Cigarreras. Será que no se lo merecen, será que los chavales son unos yonquis que se llevan todo el día emporraos... ¡Uy!, perdón, esos serían los que no hubiesen tenido ningún tipo de problemas con la Delegación de Juventud.

Desde luego que la cosa es, cuando menos, de chiste. ¿Cuántos ayuntamientos no pagarían por tener a tantos y tantos jóvenes recogidos como tienen las bandas de cornetas en Sevilla? Pues no, aquí lo bonito es que se harten de fumar en cachimbas… Menos mal que parece que al final ha reinado la cordura y parece que se ha solucionado el problema de la banda de las Cigarreras, porque vaya regalito de cumpleaños que le querían hacer desde IU.

Yo sólo espero que desde el ayuntamiento no les lleguen más regalitos de este tipo y, por supuesto, les felicito por el trabajo que llevan treinta años realizando. Espero que, por lo menos, sigan haciéndolo así de bien otros treinta más.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Desde los balcones de Lisboa...

Lisboa, capital de Portugal, algo más de medio millón de lusos…Tanto, tanto y al final es como Alcalá pero con más gitanos. Sí, sí, puede resultar gracioso pero así es, allí no hay nada más que cuestas y cuestas, encima aquello parece de todo menos una capital europea. A lo mejor estoy yo equivocado porque quizás ese sea su encanto…No lo sé, pero podrían pintar las fachadas de vez en cuando. Esas fueron las primeras impresiones que me produjo la ciudad en una vuelta que dimos antes de encontrarnos con nuestro anfitrión.
Una vez alojados y realizada toda esa parafernalia, nos dispusimos a hacer de guiris por la capital lusa. Metro hasta la Plaza del Rossio, tranvía para subir al Bairro Alto, de nuevo tranvía por la Baixa, metro…Ya podían aprender Monteserrín y el de la Bimba y la Cachimba a organizar los transportes públicos en una ciudad, porque allí el eléctrico (tranvía en portugués) lleva desde cualquier sitio a todas partes, y sino siempre está la alternativa del metro o el bus…Sin olvidar que en coche se puede ir por toda la urbe y atascos no he visto ninguno, a pesar de que los portugueses están locos al volante.
Olvidando los males de mi querida Sevilla, continué visitando los lugares típicos de la ciudad. Me gustaron bastante tanto el Mosteiro dos Jerónimos como la Torre do Belem, desde donde nos echamos la tipiquísima fotito con el 25 de abril al fondo, aunque a mí me ha gustado más el Ponte do Vasco do Gama, que no lo conocía y ha conseguido sorprenderme. Por cierto, los pasteles de Belem serán todo lo famosos que quieran ser, estarán todo lo bueno que quieran estar, pero donde se ponga una buena torrija…
Siguiendo mi ardua labor de guiri como Dios manda, y haciendo de buen turista que todo lo husmea, me encontré lo que nunca pensaba encontrarme en una iglesia: ¡¡Una atractiva mujer en ropa interior!! Me explico; estaba en restauración una capilla de dicha iglesia, eran las ocho de la tarde aproximadamente y la fémina se había quitado el mono de trabajo para ponerse ropa de calle. Increíble, pero es la única vez que mi compañero de viaje se ha mostrado encantado de visitar un lugar religioso.
El resto, pues lo normal cuando se quiere descubrir una ciudad: comer lo típico, visitar los mercados, salir alguna que otra noche, que vaya ambientazo en el Bairro Alto,… Definitivamente, Lisboa es una ciudad perfecta para pasar un buen fin de semana, y si encima el alojamiento es como el que yo he tenido, pues mejor.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Un nuevo guía

Este mundo que el Señor nos ha dado siempre dispone de un elemento, un factor diferencial mínimo pero importantísimo, que percibimos, lo podemos apreciar en cada instante, cada momento, pero nunca lo hemos podido ver, nunca lo hemos podido palpar. Es ese mismo elemento el que hace que nada sea siempre igual, que todo sea siempre distinto. Nos proporciona continuamente pequeñas permutas inapreciables, o grandes transformaciones que marcan la historia, pero él se encuentra eternamente avanzando en la misma dirección y con la misma velocidad. Muchas veces son las que recordamos y recordamos añorando, heridos por las pérdidas que su inexorable paso ha dejado, tantas como las que hemos sido curados por su medicina, la mejor que existe para los males que no tienen ningún tratamiento en los hospitales. ¡Ay!, sino fuese por él, implacable cuarta dimensión del espacio, ¡ay!, cuantos males ha solucionado y solucionará el perpetuo transcurrir del tiempo.
Y cuando el tiempo pasa, todo varía, infinitesimalmente, pero todo cambia. Cómo a todo lo hace cambiar, su irremediable paso nos hace ahora decir adiós al Cardenal Amigo Vallejo como arzobispo de Sevilla. Adiós al báculo magefesa (que grande sigue siendo Don Antonio Burgos). Adiós a quien ha devaluado las coronaciones. Adiós a quien impuso el cambio de reglas por nazarenas. Adiós a quien, siendo príncipe de la iglesia, siempre ha seguido siendo conocido como “el arzobispo”.
Igualmente, tenemos que dar la bienvenida a monseñor Asenjo y la enhorabuena por haber sido nombrado arzobispo de tan bella ciudad. Aunque, conociendo a las gentes del lugar y nuestra peculiar forma de ser, no sé si tendría que darle el pésame.