lunes, 1 de junio de 2009

¿A quien ha extrañado?

Crónica de un descenso anunciado. El día que iba a descender a segunda división el Real Betis Balompié los pronósticos decían que sólo había cuatro posibilidades de ochenta y una posibles de que eso pasase. Esa misma jornada, último día del mes de María, en la capital de Andalucía durante toda la tarde estuvimos colmados por la gloria de la Esperanza, que espléndida abandonaba Triana para pasar una semana en Sevilla. A lo mejor lo que pasó fue eso, que la Esperanza abandonó su orilla del río Betis y, con ello, la desesperanza de, esperemos no sean más, un añito en el infierno de la división de plata del balompié español inundó a los béticos. Pero creo yo que sencillamente, ocurrió lo que tenía que ocurrir, lo que viene anunciando su nefasta llegada un año tras otro, lo que se ha amasado desde la podrida directiva del club. Y es que dice el siempre sabio refranero español, que nunca yerra, que el cántaro se acaba rompiendo de tanto acudir a la fuente, y este cántaro llevaba cuatro años visitando con asiduidad la odiosa fuente del descenso.
Esto es el resultado de lo que está haciendo con uno de los clubes con más salero de España, sino el que más, un hombre que según él mismo dijo el otro día ha hecho todo lo que los béticos le han pedido, a lo que apostillo yo, todo menos una cosa: Irse, él y todo su equipo directivo que lo que están haciendo con esta institución es, cuando menos, digno de estudio. Toda universidad que se precie debe tener dentro de su licenciatura, bueno ahora se llama grado, en dirección y administración de empresas una asignatura que analice profundamente y con todo tipo de detenimientos lo que estos señores hacen, para enseñar a los futuros empresarios qué es lo que no han de hacer nunca. Sí, ríanse, pero absolutamente nadie me puede negar que el despilfarro, en todos los sentidos, es absoluto. De ninguna otra forma puede explicarse que un club con no se cuantos millones de presupuesto haya luchado por eludir el descenso y no lo haya conseguido, que una plantilla para encontrarse, con comodidad, entre los ocho o diez primeros acepte 15000 € de prima para cada uno por salvarse sin que se les caiga la cara de vergüenza, en vez de decir que no quieren el dinero, que el club no descenderá porque tienen dignidad y se dejarán el alma en el campo, y ni tan siquiera así lo consigan, … Podría seguir con la innumerable lista de cosas que hay que enmendar, pero la primera es que el dueño venda el club, cosa que no hará porque lo que hace que esa persona, preguntaré a la catedrática Bibiana Aído si es humana o no, se vea plena es que sea nombrado para bien o para mal, él no muere por el Betis, él muere cuando alguien lo eclipsa, por eso ahora está inconmensurable, porque él es centro de todas las miradas béticas, que a una sola voz dicen: ¡Lopera vete ya!
Yo soy bético pero no muero por el Betis, por eso de todo esto, quienes me apenan de verdad son los que de verdad mueren por el Betis, los que llevan cuatro años sin ganar para sufrimientos, los que seguirán muriendo por el equipo de sus amores esté donde esté, Champions o tercera, haya que ir a verlo donde haya que ir a verlo, Elche o Liverpool, gane al Chelsea o empate con el Valladolid para irse a segunda. Aunque quienes me apenan especialmente son los betiquitos, los que sueñan en verde y blanco, que juegan a diario en el patio del recreo mini derbis contra sus compañeros de clase que sienten los colores del otro club de la ciudad. Sin duda alguna, es para ellos para quienes se hace más duro este año, con sus compañeros celebrando victorias en Europa mientras tienen que conformarse con ganar, si es que ganan ese fin de semana, contra equipos que pueden estar mucho más que satisfechos de encontrarse en dicha división. Verdaderamente ellos son los que me apenan de todo esto, los que ayer no pudieron contener las lágrimas, los que viendo a la Esperanza por las calles tenían la esperanza de que al final no bajase, los que estarán ahí el año venidero juegue donde juegue su equipo, los que siempre gritan con el corazón: ¡Viva el Betis!

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