viernes, 27 de marzo de 2009

El glorioso final de la Cuaresma

En este pequeño rincón que son los Alcores están rebozando de azahar todos los naranjos, y ese es el anuncio del glorioso final de la Cuaresma que es el Septenario de La que vió a su Hijo morir en la cruz por Amor. Porque hay que ver lo rápido que pasan cuarenta días. Parece que ayer mismo fue Miércoles Ceniza, primer día del Triduo al Cristo del Amor, y hoy comienza una de las semanas que todos los visueños marcan especialmente en su almanaque. Porque si en nuestro pueblo una semana tiene un sabor especial para los cofrades, esa es la semana del Septenario a la Virgen de los Dolores (explicación “pa” los que no son de aquí: desde el viernes antes del Domingo de Pasión hasta el Viernes de Dolores, ambos inclusive). Emulando a Carlos Herrera: La gloria de una semana que cuenta el tiempo al revés. Semana que a todos se nos hace cortísima, pues estamos inmersos de lleno en los cultos de la que es la Madre de Dios en este balcón de los Alcores al que llamamos Viso. Y por si esto fuese poco, tenemos además el pregón (suerte a Juan Ramón desde estas humildes líneas), la meditación ante la Piedad, los pestiños y las torrijas, los últimos retoques a los pasos procesionales, etc… ¿Qué cofrade no está saturado de actos en estos días? Bendita saturación, de la que seguramente ninguno se quejará. Y mucho menos teniendo una finalización tan gloriosa como son los cultos a la Madre Dolorosa que estaba, llorosa, al pie de la Cruz en que pendía su Hijo.



Y es que a nadie se le hace larga una espera cuando sabe que dicha espera finalizará en la dicha plena. Vamos, que cuando nos damos cuenta, la Misma que esta semana hará que se llene la parroquia noche tras noche estará bajando la calle Amarguras al son de ¡Pobre Carmen!, se paseará poco a poco pero siempre andando de frente, todo habrá pasado sin que nos hayamos percatado y será domingo de Resurrección.

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